4.14.2011

momentum 20_ a destiempo



momentum_ 20 de la obra ©DEADLINES

a ó b.- Me quedo con tu saber hacer y rechazo tus versos. Los rechazo porque no es tiempo de versos. Sin embargo, me quedo con tu saber estar, con tu frase que se cuela, encaja y procede. Tu frase que ya no es frase, sino un epitafio para algo que murió y no sé muy bien lo que es. Aunque creo que sí lo sé. Tal vez porque no murió del todo.

El otro día me preguntaste si te veía nada más despertar. Negativo. Bueno, si estás, pero de aquella manera... ¿Que de qué manera? De una manera transitoria hasta que desayuno. Luego resucitas, te liquido y te vuelvo a rescatar allá por la sobremesa, como un estribillo que cansa, como una canción a destiempo. Sí. Eso es lo que eres: pero al menos eres una canción, así que date por contento.

Me quedaré por ahora con tu saber hacer. Con eso me quedo. Con eso y nada más.
fundido


4.11.2011

©gladiadores_ EL INCORRECTO

extracto_



                                                 ( ...) 

X.- ¿Qué te provoco? ¿Cuál es el impacto de mi presencia en ti? ¿Qué se te mueve por ahí adentro? ¿Qué camisa es la que me sienta mejor? Dímelo porque sé que me tienes estudiado al milímetro. ¿Por qué no quieres rozarme y presiento que te mueres por hacerlo? Nadie sabe que a nuestro corazón le hace falta un dueño hasta que lo tiene. Pero lo mejor será adiestrarlo: Así no hay que estar pendiente del collar para salir de paseo.
Y.- ¡Eso que dices es pura fantasía!
X.- Tú sí estás de lleno de tu propia fantasía y el fango te llega hasta la boca... y tu boca...
Y.- Mirada.
X.- ... que es tuya y mía...
Y.- Ríe.
X.-... y tu sonrisa... Con ella empezó todo. Y lo sabes. Atraparla, rodearla, asfixiarla... Si pudiera hacerlo con mis besos, ten por seguro que me la quedaría. La colgaría en esa pared como si fuera un lienzo. Tu sonrisa te resta una quincena de años. Los mismos que me han ido separando de ti.
Y.- No, no nos llevamos quince años.
X.- Sigues sin entender nada. Vas y vienes a la tierra de Nunca Jamás y en mitad del camino te detienes, me miras, me sonríes, me despistas, me entretienes, me desarmas y sigues con tu viaje de ida y vuelta hasta marearte, agotarte, desanimarte para empezar de nuevo que es terminar, y terminar no es más que el principio y el fin de tu agotamiento y también del mío propio.
Y.- Me confundes.
X.- Jaque mate.
Y.- Esto no es juego limpio.
X.- Mira quién fue a hablar.
Y.- Mirada.
X.- Y no me mires más, que me canso...
Y.- Sonríe.
X.- Y tampoco me sonrías, que me canso aún más. Me has tenido varado como a una triste ballena. Así que arroja esa maldita baraja al mar y húndete con ella. Desaparece, Peter Pan. Ya no hay nada que hacer.
Y.- Besa suavemente a X.
Silencio.
Quedan quietos.
Y.- Por un momento te has creído que te he besado, ¿verdad?
X.- Asiente.
Y (riendo).- Pues deja ya de soñar. Me iré en cuanto tú quieras. Y lo sabes.
X.- Tu último deseo se ha cumplido: seguimos jugando a ser gladiadores.
Fundido

4.07.2011

©como chavela, GRACIAS A...




GRACIAS 


... a los que me siguieron, porque me animaron
... a los que me siguen, porque me animan
... a los que no me soportaban, porque me también animaron
... a los que no me soportan, porque me animan
... a los que encarnaron mis personajes, porque, aunque ahora se puedan arrepentir, yo no me arrepiento
... a los que encarnen algún día a mis personajes, porque no se arrepentirán
... a los que me preguntan cada día para cuándo la próxima
... a los que no me preguntan, porque ya me lo pregunto yo
... a los que vinieron a ver las obras, porque me hicieron feliz
...  a los que no vinieron, porque dedicaron su tiempo en pensar en cómo excusarse
... a los que abusaron de mi paciencia, porque así yo abusé de mí mismo y trabajé más aún
... a los me pegan cada día una coz, porque me hacen caminar más rápido a su pesar
... a los que no recuerdan cuando les di la oportunidad, porque la oportunidad es ahora mía para no volver a elegirlos
... a los que convierten la escena en estercolero, porque aquí estamos los demás para reciclarla
... a los que merman y envenenan, porque para la desgana y la apatía son motores a reacción, no pantanos
... a los que mienten cuando halagan, porque aquí destilamos, filtramos y nos quedamos con lo válido
... a los cobardes, a los de poca fe, porque quedarán varados
... a los que han pisoteado mi trabajo, porque el desgaste de su suelas lo conviertí en combustible
... a los que no vinieron a ver las obras, para que vengan, porque para eso las hacemos, sin ellos, no sirve, ni servimos, no somos nadie. porque el Teatro es como la santísima trinidad: autor, actor y público.

GRACIAS, porque las desgracias ya vienen solas.

4.04.2011

momentum 12_ cicuta_de la obra ©DEADLINES






momentum_ 12

a.- Te veo muy nervioso.

b.- Estaba impaciente por volver a verte.

a.- ¿Y?

b.- Que no es justo. Porque yo ya había decidido borrarte de mi agenda.

a.- Para variar.

b.- No quiero gente a mi lado que use los dardos tan a menudo como tú.

a.- Fue bonito mientras duró.

b.- Tú siempre escribías los guiones.

a.- Mientras tú te ocupabas de los fundidos en negro, que no sé yo que es peor.

b.- Recuerdo cuando llegó el primer grito y de cómo nuestra historia se empezó a rasgar. Y de cómo te asustaste.

a.- Tú más que yo.

b.- Porque tú estás más acostumbrada.

a.- De algo me tendría que servir lo que he vivido contigo.

b.- Aquella grieta vino a ser nuestra mejor amiga. Tanto cariño le cogimos, que no pudimos pasar sin ella.

a.- Es algo normal. Le pasa a todo el mundo.

b.- Pero no a todo el mundo le gusta el riesgo tanto como a ti. Te situabas al borde de aquella grieta sin pedir auxilio.

a.- Sé cuidar de mí solita.

b.- Nunca nos planteamos hacia adónde íbamos.

a.- El error es mío, ¿no?

b.- La palabra "futuro" estaba prohibida.

a.- Me gusta más hablar de "dirección". Ya lo sabes. ¿Crees que es momento para hablar de más errores?

b- Lánzarme el último dardo, a ver si la cicuta me llega bien adentro y es capaz de borrar las nueves letras de tu nombre.


fundido

4.01.2011

©desgaste_ DEADLINES

momentum_ 14

a ó b.- Mañana te estudiaré cuando estés frente a mí. A lo mejor las fotos no te han hecho justicia y me gustes aun más o menos aun.

Pareceremos dos espías.

No se lo he contado a nadie.

Imagino que tú tampoco.

Nadie debe saberlo. Por si fracasamos.

Es mi cita número siete. A saber cuántas llevas tú.

Yo no quisiera defraudarte. Aunque no creo que eso me deba de importar mucho. Mañana habrá otra. Y si me conecto pronto, puede que surjan más durante el fin de semana. Así hasta llegar al desgaste, cuando la altura sea tan asombrosa que haya que dar marcha atrás para tomar aliento y saltar de nuevo.

Me fijaré en tu cintura. Es mi zona preferida. No sé si podré -o si me dejarás- invadirla antes de que acabe la noche. Seguro que tú también te fijarás en mí cuando te mienta para ir al baño, por aquello del intermedio...

Tú y yo haremos de mañana ese intermedio en nuestras rutinas y nos someteremos a examen. Y cuando nos digamos adiós, uno de los dos dirá el infalible ya nos mantendremos en contacto; y si alguno mira al otro de otra forma, sonríe de otra forma o propone de otra forma, sabremos si esa pausa ha valido la pena o no.

La conexión, contigo, con otros, debe continuar. Así hasta llegar al desgaste, para saltar de nuevo. Infalible.
fundido




foto: cortesía de Benjamín Lozano_actor

3.30.2011

a propósito de Gabino en Sevilla de nuevo.


Relanzo mi crítica al show de Gabino Diego dada su vuelta a Sevilla al Teatro Quintero los próximos 14 y 15 de abril.

La ternura y el alma cándida de Gabino Diego consiguen que los noventa minutos de su show transcurran en un abrir y cerrar de ojos. Lo que Gabino nos cuenta - porque sólo le falta el "érase una vez" de cualquier cuento - no es sino su propia vida como persona y como actor e incluso como cantante; nos describe lo que habían sido sus sueños, su realidad y, sutilmente, hilando muy fino, y con las armas que siempre han empuñado los más inteligentes, la ironía y la sonrisa, pasa revista por cuestiones que perturban al hombre de hoy en día: la incomunicación y la carencia del humor.

Gabino se rinde ante su público animándolo, saludándolo, cortejándolo y dejándolo, cuando él acertadamente decide, mudo y atento, mientras recita versos que nadie espera, y que por eso mismo, el respetable se acongoja y el actor logra su cometido: la palabra ha vuelto a triunfar – para eso estamos en un teatro - y la risa/sonrisa/carcajada (tres platos a elegir) la acompaña, para eso estamos en manos de este cómico, es decir, en buenas manos.

Sin dejar títere con cabeza, con su papel de hombre-elenco/hombre-orquesta y el efecto bululú al cien por cien de su capacidad, le sobra y le basta para llenar la escena, dando pinceladas de un sarcasmo dulzón con el que pinta al Rey y a algún que otro personaje deshauciado y a algunos políticos. Si los personajes son reales o no, el propio actor nos comenta que algunos sí, pero que hay otros que prefiere no desvelar el secreto.

La autocrítica le funciona. Gabino se practica una suerte de harakiri cabaretero hasta dejarnos muy claro, eso sí, que al fin consiguió haber pisado la alfombra roja en Hollywood, cuando nadie había confiado nunca en él. Sin embargo, ni qué decir tiene, que la habilidad de Gabino reside en contarnos todas sus "penurias" como si nada, tierno, cándido, como si nunca lo hubiera esperado, como si nadie se lo hubiera imaginado, pero que ahora, a toro pasado, se jacta -siempre dulcemente- de que le quiten no le pueden quitar lo bailao...

Pienso que la clave del monólogo está en aquella que siempre han poseído los clowns: te lo digo cantando, te lo digo sonriendo, te lo digo para inspirarte ternura, te lo digo para que te diviertas, te lo digo para que me prestes mucha atención, pero sobre todo, a lo que voy, mi fin único: te lo digo. Y he ahí el quid de la cuestión: noventa minutos llenos de mensajes acaramelados los cuales, entre bromas y veras, llegan de veras y no son tan de broma. Salteados con versos de Hamlet, con los de su amigo poeta, con canciones que inspiran optimismo y un canto a la vida, nos divierte, nos descubre, pero no del todo, como debe ser: para que pensemos.

Aprovechar estas líneas para felicitar al Teatro Quintero que retoma el testigo del ya inexistente Teatro Imperial de la calle Sierpes y vuelve a acercar al público de la capital andaluza espectáculos de este tipo. No sería exagerado decir que Sevilla bien puede ser de nuevo parte del acerado de la Gran Vía madrileña al cubrir esta sala con su repertorio las exigencias de amantes de estos expectáculos.

Este artículo se puede seguir en http://www.masteatro.com/

3.29.2011

animales+madrigueras



momentum_ 13

a.- Tu perfume... Me dan ganas de vomitar. Aparta.
b.- ¿Ya no te gusta?
a.- Cierra los ojos.
b.- Me gustaría saber por dónde vas a empezar cuando salgas de aquí, sobre quién pondrás el objetivo esta vez.
a.- No creo que nunca vaya a salir de aquí.
b.- Claro que sí. El mundo te espera, campeón.
Silencio
b.- Háblame.
a.- No quiero hablar contigo. Sólo tengo ganas de vomitar.
b.- Lo quisiste todo de golpe y sabes que yo me muevo a plazos. Te lo dejé muy clarito.
a.- No hacías nada. Eras una ineficaz total. En la cama parecías una crucificada. No eras capaz de mover un solo dedo. La pereza es tu segundo nombre.
b.- Piensa que el impacto podía haber sido bestial si no hubiéramos frenado a tiempo.
a.- Gente como tu incita al suicidio.
b.- Atacas como nunca. Ríe.
a.- No quiero seguir hablando contigo. Necesito vomitar. ¡Enfermera!
b.- No te pongas así, que no te conviene.
a.- Porque tú sí sabes lo que me conviene, ¿verdad? ¿verdad que sí?
b.- Te conviene que no llames más a la enfermera: deja que sea yo quien te cuide.
a.- Tú y yo no tenemos nada que ver. Ya no hay nada que hacer.
b.- Eso no te lo crees ni tú.
a.- No debimos conocernos nunca. Al principio me fascinabas, pero luego me hacías callar y callar; disminuirme, una sombra.
b.- Estás bien equipado.
a.- Tu consolador. Tu animal.
b.- Tú eres el animal. Desperté y te metiste en tu madriguera.
a.- Yo lo llamo tranquilidad.
b.- Y yo lo llamo escondite, hoyo, recoveco, pozo, escondrijo, cueva, túnel, caverna...
a.- ¡Pues sí! ¡Para estar a salvo!
b.- Aquí no se puede dar voces.
a.- Yo ya no quería comunicarme contigo. No quería verte. No quería tocarte. No quería. No te quería. Te despreciaba.
b.- Tal para cual.
a.- Tu perfume me marea. Tengo ganas de vomitar. ¡Enfermera!
b.- Sé que me quieres. Sé que yo soy como ese marcapasos que te acaban de empotrar en el corazón. Sin mí, no funcionas. (Se acerca a él para que pueda olerla mejor).
a.- ¡Enfermera!
b.- Grita todo lo que quieras, pero sabes que soy la pieza clave para que puedas funcionar, para que el mundo no te eche a patadas. (Se acerca a él para que pueda olerla mejor).
b.- ¿Ves? Ya se te han pasado las ganas de vomitar. Justo cuando empiezas a quererme de nuevo.
a.- ¿Crees que la culpa es mía?
b.- Por supuesto. ¿De quién si no iba a ser, campeón? Recuerda que mi corazón es más fuerte que el tuyo. A la vista está. Pero tú, sin ese artilugio, (se acerca más aún), es decir, sin mí, no sabrías seguir en este mundo.
fundido

de la obra ©DEADLINES.