3.18.2011

escarbando...

... escarbando me he encontrado esto: un monólogo antiguo.

pero antes, como dato curioso, contaré que cuando actuamos en su día en el Gran Teatro de Huelva, el personal que trabajaba allí nos comentó una vez que la actriz interpretó este texto: un poco tavoriana, ¿no? y yo le contesté: que yo sepa Távora no tiene el copyright de las madres mediterráneas. A lo que siguió: ya... bueno... pues entonces lorquiana, ¿no? y yo le contesté: el copyright lo tienen los griegos, pero no los de ahora, los de entonces...
Creo que siguíeron pensando que yo era sobrino de Salvador Távora... En fin, en casa del herrero... 


PERSONA: LA MADRE.
LUGAR: CAMPOSANTO EN LA MENTE DE LA MUJER..

He dormido... Digamos mejor que he tenido dormir. Y me he levantado. Y me he tenido que mirar en el espejo. Me he lavado, peinado y vestido. He ido al supermercado. He hecho la comida y me la he tenido que comer, pero esta vez la he dejado reposar en el estómago. Luego la siesta obligada, vestirme de nuevo y al trabajo.
Querría eliminar esta serie mecánica y no dejar de dormir, y si me despierto, andar desnuda y hambrienta, despeinada y sucia; si acaso me dieran de comer algo, vomitar de inmediato lo que fuere... Quisiera dirigirme a la pobreza más absoluta; nunca más el tener que o hacer por. Quisiera que la apatía me amarrara a la pata de la cama para no acudir más a los espejos. Quisiera no sentirme alimentada, así el dolor podría husmear allá por donde quisiere, levantar la tierra con su hocico por si encuentra otro dolor.
Yo descansaría si no tuviera que acudir más al bálsamo del recuerdo. Descansaría si tuviera que ayudarme de su imagen para que no me digan tanto cuánto lo siento por usted, cuánta debe ser su pérdida, ¿verdad señora? ¿Pero por qué no ando por ahí desnuda y hambrienta o dando voces como una loca?
La cama se ha quedado vacía. Aquí ya no sabemos dónde colocar la mente para que se alivie. Durante la noche la memoria hace estragos. Ya no sabemos hacia dónde mirar, o qué fotos poner. Gritamos el hueco que nos ha dejado y nos rebelamos ante esa dichosa cama que fue quitada de enmedio para no recordar.

Es terrible ver que no estás por ninguna parte.

Suenan unas llaves, la puerta se abre, creo que vas a ser tú y no eres... No eres, pero fuiste y no serás nunca más. ¡A golpe de memoria te haces hueco en mí pero no logro rozarte!
Hay días en los que la memoria aprieta mientras los calmantes reposan en el fondo del mar.
El grito se cuela alma adentro y estalla para no dejar títere con cabeza.
Hay algo denso en el aire. Tan denso que daña al pasar por la garganta.
Seguir viviendo a partir de lo que te ha ocurrido es como caminar sobre agua.

Hoy llueve mucho. Pero no importa. Tenía que venir, ¿sabes? Yo hoy tenía que venir.


©Miserere meum . Dirección y autoría: carlos herrera carmona.
Taller de Teatro Clásico Sevilla.
Foto: María del Mar Tercero. Teatro Alameda. Sevilla. 2002.