1.19.2012

crítica LA ESCUELA DE LA DESOBEDIENCIA. teatro lope de vega. 19 enero.


mi crítica.


"... Y el espectador, una vez más, cayó en la trampa: un cartel con dos hermosas damas - dos reconocidas actrices- mostrándonos sus miradas cándidas y sus sonrisas más cándidas aun, nos invitan a su función presuntamente ortodoxa. Y todo ello no es más que un suculento cepo donde el espectador -inocente siempre, aunque se crea lo contrario- piensa que va deleitarse con versos manidos de antaño y enredos típicos de honor y honra. Touché. Lo que esta pieza le va a ofrecer es una lección más de que los clásicos nos siguen removiendo las conciencias, las entrañas y, principalmente, la testosterona. No hay nada nuevo bajo el sol, ladies and gentlemen, y aun así, el ingenuo espectador se sigue alertando, tanto es así que un matrimonio de avanzada edad a los veinte minutos de representación ha abandonado la sala. Y es una lástima, porque lo que Fanchon y Susanne nos han contando son pensamientos, ideales, sensaciones y ardores femeninos elaborados en el Renacimiento por Pietro Aretino, en una atmósfera, tal y como explica su director Luis Luque, afrancesada y exquisita donde “desobedecer” supone mayor atractivo que acatar..."

Recuerdo cuando conocí a Cristina Marcos. Han pasado ya algunos años. Dirigía yo el Taller de Teatro Clásico de la Universidad de Sevilla.La invitamos a una mesa redonda en nuestra facultad de filología, costumbre que teníamos gracias al madrinazgo de Dña Mercedes de los Reyes Peña. profesora de Ciencias del Espectáculo. De Cristina Marcos nos entusiasmó su manera de decir el verso, de entender y defender a los clásicos y de su cercanía, como persona, como actriz, como filóloga. Ayer volví a disfrutar de ella en el Lope de Vega.