11.09.2010

AGNUS DEI ganadora certamen de teatro minimo rafael guerrero. teatro moderno.chiclana, cadiz.19 noviembre 2010.9pm.

AGNUS DEI

(Nota del autor: En esta pieza la acotación tiene voz y voto.)
Ambiente burgués. Cama en el centro de la estancia. Enseres cuidadosamente elegidos; colores uniformes; jarrón con flores del tiempo. Y una hermosa mujer desnuda sentada en la cama.
MUJER.- Todo cierto menos lo de mujer hermosa sentada en la cama, y mucho menos, desnuda.
La luz baña sus curvas. Quién sabe si Edward Hopper cuando la conoció, la tomó como modelo para una de sus obras.
MUJER.- Todo cierto menos lo de ese Hopper del demonio que no sé ni quién es, ni me importa.
Apenas le vemos el rostro. Diríase que sufre y padece otro abandono.
MUJER.- Todo cierto menos lo de otro abandono…
Entra un hombre-
MUJER.- ¡No!
Entra un hombre y-
MUJER.- ¡No, eso no!
Entra un hombre y se-
MUJER.- ¡No entra nadie! ¡Nadie va a entrar aquí! ¡Nadie va a entrar en este ambiente burgués que tú has diseñado!
Entra un hombre y se acerca-
MUJER.- ¡Nadie salvo yo en este ambiente burgués de Dios!
Entra un hombre, se acerca a la mujer y la acaricia.
MUJER.- ¡No! ¡Nadie salvo esa luz falsa bañará mis curvas!
Ella se deja acariciar una vez más.
MUJER.- ¡Cómo me voy yo a dejar acariciar con lo que llevo dentro! ¡Hay que estar loco para obedecerte!
La mujer acepta uno tras otro sus besos. En el beso número 15, ella le empieza a besar.
MUJER.- Nadie va a besar a nadie. Di que hay un revólver en el cajón de la mesilla y que me voy a pegar un tiro; dilo y te haré caso, como lo he estado haciendo durante una hora y diez minutos; durante este puto acto único donde no ha habido tiempo ni de coger aire para soportar lo que venía después; en este puto acto único donde me has obligado a hacer de todo: volverme loca, enviudar, volverme más loca aun, ver cómo ha muerto uno de mis hijos y cómo después he matado a otro antes de que él me matara a mi; ver cómo me he dejado escupir por ese hombre que has invitado a entrar como si de un príncipe se tratara, sabiendo tú mejor que nadie, lo que sus manos han sido capaces de hacer, lo que su mente ha sido capaz de ordenar, lo que sus ojos han sido capaces de ver y lo que su corazón no ha sido capaz de perdonar, y de cómo he soportado que sitúes esta casa en mitad de un estúpida guerra, y que no haya habido más sonido que el de las bombas, las palabras y un repugnante y manido violín.
La mujer se levanta y se dirige hacia la mesilla de noche-
MUJER.- Gracias…
Ahora abre el cajón, no, así no, despacio. Exacto. Sonríes al ver el revólver. Te lo colocas dentro de la boca. Quieres reír pero no puedes: siento decirte que no está cargado, porque mañana deberás estar aquí de nuevo para volverte loca, para enviudar, para volverte más loca aún; para ver cómo muere uno de tus hijos y cómo asesinas al que te queda; y lo mejor de todo: de cómo te pierdes por un demente con ejércitos a su cargo. Así que vuelve a sentarte en la cama para que la falsa luz que alumbra esta estancia bañe tus curvas. Y ahora, por favor, termina esto con la frase correspondiente. Adelante.
MUJER.- Hágase en mi según tu palabra.
Bravo. Violín. Oscuro lento.