"... Ayer conocí a un monstruo. Era torpe, de mirada aviesa y con un instinto depredador de imitación. A medida que su hocico leporino se iba acercando a mi cuerpo, el monstruo fue adquiriendo la dimensión doméstica de un roedor inquieto. La quietud, la calma de mi cuerpo le irritó hasta tal punto que, enfurecido, bramó a los cielos por no encontrar el agujero de vuelta a su hueco. Dándose trompicones uno tras otro contra un espejo, éste le devolvía sin miramientos sus estúpidos bigotes deshilachados. El monstruo se creyó Goliat al pensar que podía seguir pudriendo con sus uñitas afiladas todo aquello que encontrara a su paso, incluso fuera de su jurisdicción. Y finalmente, como todo cuento donde la buena fe triunfa, no tuvo más remedio que agazaparse en su cañería, con esa boca blancuzca que pinta el nerviosismo y un rabo en espiral entre las patas. Pobres criaturas que vivan a su lado y a su cargo, pensé, seguramente al volver a su punto de origen, mordería a diestro y siniestro y duplicaría su terror habitual sobre los otros por haber visto duplicada su derrota.
Cuando conozcan a un monstruo de éstos, aguarden, no se asusten: sólo se trata de un fantoche disfrazado de Goliat... "
de ©PARADA Y FONDA (splash I)
foto: benjamín lozano_actor