mi crítica de este montaje, en breve, donde siempre, en http://www.masteatro.com/
un extracto:
"Palabra hecha carne. No más. La palabra que tanto nos cuesta pronunciar u oír a veces. La palabra-sable, la palabra-ungüento, la palabra-bengala, la palabra-sabia; palabra que Rafael Alvarez el Brujo exporta del presente al pasado e importa del pasado al presente, y se viste con ella y reviste a la escena de lo que tanto cuesta hoy en día usar con propiedad.
Actor y verbum: filigranas del lenguaje, la sintaxis guasona y puñados de retruécanos y retrancas. El Brujo te inicia en su periplo y crees que te está guiando, pero tan sólo te está perdiendo en su laberinto adrede; y te corta de inmediato el hilo que te permite encontrar la salida para plantarte frente a su minotauro que se trata, nada más y nada menos, que de la Verdad.
Todo lo que desparrama es cierto: cierta la sátira a diestro y siniestro que con mueca bufonesca -y por ello, infalible- desembucha para quedarse aliviado y dejarnos en puro desasosiego; veraz y certero el verso que entona cuando él lo cree justo y necesario para que sepamos el inmenso valor que un sintagma tiene y contiene bajo un cenital cuando éste se imposta como Dios manda. Y su corriente subterránea que reclama que ha de volver la Palabra a la escena, pues suyo es el poder y la gloria. Amén..."
Actor y verbum: filigranas del lenguaje, la sintaxis guasona y puñados de retruécanos y retrancas. El Brujo te inicia en su periplo y crees que te está guiando, pero tan sólo te está perdiendo en su laberinto adrede; y te corta de inmediato el hilo que te permite encontrar la salida para plantarte frente a su minotauro que se trata, nada más y nada menos, que de la Verdad.
Todo lo que desparrama es cierto: cierta la sátira a diestro y siniestro que con mueca bufonesca -y por ello, infalible- desembucha para quedarse aliviado y dejarnos en puro desasosiego; veraz y certero el verso que entona cuando él lo cree justo y necesario para que sepamos el inmenso valor que un sintagma tiene y contiene bajo un cenital cuando éste se imposta como Dios manda. Y su corriente subterránea que reclama que ha de volver la Palabra a la escena, pues suyo es el poder y la gloria. Amén..."