Nota bene a mi última crítica, PATOS SALVAJES, a propósito de la relación de Sevilla con su panorama teatral, digo:
El público hispalense debería alternar sus andanzas -algunas estériles, otras de pura exhibición- por los templos de la capital en estos días y acudir a estos otros templos, los teatrales, donde la exhibición sí que cumple un cometido trascendental- para disfrutar y aprehender con lo que autores y actores nos aportan a nuestro día a día. Esta ciudad sí que tendría entonces un color especial de veras.