extracto_
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Y.- ¡Eso que dices es pura fantasía!
X.- Tú sí estás de lleno de tu propia fantasía y el fango te llega hasta la boca... y tu boca...
Y.- Mirada.
X.- ... que es tuya y mía...
Y.- Ríe.
X.-... y tu sonrisa... Con ella empezó todo. Y lo sabes. Atraparla, rodearla, asfixiarla... Si pudiera hacerlo con mis besos, ten por seguro que me la quedaría. La colgaría en esa pared como si fuera un lienzo. Tu sonrisa te resta una quincena de años. Los mismos que me han ido separando de ti.
Y.- No, no nos llevamos quince años.
X.- Sigues sin entender nada. Vas y vienes a la tierra de Nunca Jamás y en mitad del camino te detienes, me miras, me sonríes, me despistas, me entretienes, me desarmas y sigues con tu viaje de ida y vuelta hasta marearte, agotarte, desanimarte para empezar de nuevo que es terminar, y terminar no es más que el principio y el fin de tu agotamiento y también del mío propio.
Y.- Me confundes.
X.- Jaque mate.
Y.- Esto no es juego limpio.
X.- Mira quién fue a hablar.
Y.- Mirada.
X.- Y no me mires más, que me canso...
Y.- Sonríe.
X.- Y tampoco me sonrías, que me canso aún más. Me has tenido varado como a una triste ballena. Así que arroja esa maldita baraja al mar y húndete con ella. Desaparece, Peter Pan. Ya no hay nada que hacer.
Y.- Besa suavemente a X.
Silencio.
Quedan quietos.
Y.- Por un momento te has creído que te he besado, ¿verdad?
X.- Asiente.
Y (riendo).- Pues deja ya de soñar. Me iré en cuanto tú quieras. Y lo sabes.
X.- Tu último deseo se ha cumplido: seguimos jugando a ser gladiadores.
Fundido