3.04.2011

crítica LILITH, ADAN Y EVA O LA REBELION EN EL EDEN.

UN CATECISMO, UN SERMON Y UNA MANZANA.

por carlos herrera carmona

Parece ser que nos guste o no, Dios pretende estar en todas partes, y que como bien airea Asunción Sanz, actriz que encarna el personaje de Lilith "no nos lo podemos quitar de encima". Así que esta noche la voz del Dios de nuestra infancia a lo Cuéntame y los infortunios, enredos y procacidades de sus tres criaturas -Adán, Eva y la anterior- han hecho su aparición divina en la Sala La Fundición de Sevilla como el que no quiere la cosa.

Al comienzo la pieza plantea, con pretensiones a lo Woody Allen, acercarnos al Génesis como si de una sit-com se tratase. Y de hecho, arranca animosa, vivace. Réplicas chisposas, eslóganes feministas algo mordaces los cuales siempre son de agradecer y una provocación cándida a la hora de tratar, sobre todo, el cómo, el cuándo y el por qué del coito en el Edén. Dios aún aguarda.

Lo inquietante surge cuando la obra echa a andar y Dios entra en acción: lo que podía haber derivado en una farsa adulta, en un toma y daca metido en lodo entre la primera mujer en la historia, Lilith, y la segunda, Eva; lo que podía haberse convertido en un enredo a lo Billy Wilder con un Adán dulcemente apelelado y/o apaleado que podía haber suscitado mucha más empatía y mucha más ternura, el montaje se nos revuelve y deriva hasta rezumar doctrina eclesiástica por los poros a fin de que un contundente catecismo se abra de par en par sobre el escenario.

Ya sabemos lo del dies irae, ya sabemos que Nuestro Padre es miope y que no soporta llevar gafas, ya sabemos que quien nos creó y nos castigó logra en el Nuevo Testamento un lavado de imagen reluciente y prácticamente llega a convencer de nuevo a media humanidad, sin embargo no veo la necesidad de que me lo expliquen citándome textualmente las Sagradas Escrituras cada dos por tres y el corpus mitológico hebraico etc.

No habría estado nada mal que el director (o el autor...) hubiera regalado a su puesta en escena un guiño al legendario árbol beckettiano sobre una estepa baldía y así la sensación de desamparo de los tres personajes hubiera quedado más acentuada que con un telón de fondo pintado y un tronco de plástico iluminado (?).

Por eso me quedaré con la chispa que me sorprendió al comienzo, con la verbigracia y ritmo actoral, con la serpiente/femme fatale de Lilith quien, exitosa, se contonea por el Edén como Pedro por su casa y que corrompe a una Eva como quien está en un bulevar tomando té con pastas. Por eso me quedaré, sin duda, con la delicada Mercedes Bernal (Eva) que parece que anda por allí como por arte de magia -¿acaso no nace de una costilla...? Y por último me quedaré con la candidez exacta de Adán, por cómo se deja llevar por ambas féminas como si Dios ya le hubiera desterrado de antemano, por el vaivén acertado de este actor que sabe cómo llevarnos del instante más burlón al más tierno instante.

Parece ser que el año ha comenzado en las tablas hispalenses oliendo a sermón. Tras los 7 pecados capitales de Producciones Imperdibles que nos recordaban que seguimos pecando mucho mucho mucho y que no tenemos remedio ni salvación, ahora le toca el turno a Hernández Centeno quien nos remacha la idea a la inversa y añade que el más malo de los malos de este largometraje que es la vida es precisamente el que nos "creó" (?). Moraleja según el autor: mejor haber canjeado la dichosa manzana por el libre albedrío: hemos salido ganando.

¿Y ahora que hago yo con los 7 pecados capitales que vi en el Central? Sólo falta Estrella sublime de la Cía. Bastarda Española de nuevo en Sevilla y ya tenemos el retablo completo...

Para concluir diré que gracias a Dios -¿puedo?- que allí estaban Asunción Sanz, Iñigo Nuñez y Mercedes Bernal para librar a la dramaturgia de Centeno y a nosotros de mal. Amén.

http://www.youtube.com/watch?v=eUXOuowsDak


Lilith, Adán y Eva o la rebelión del edén. Síntesis Producciones. Autor: Antonio Hernández Centeno. Idea original y Dirección: Javier Ossorio. Reparto: Asunción Sanz, Íñigo Núñez, Mercedes Bernal, Idilio Cardoso (voz). Escenografía: Gonzalo Narbona. Música: Santiago Martíñez. Sala: La Fundición. Fecha: 3 de marzo. Aforo: Lleno.

esta crítica se puede ver en http://www.masteatro.com/




3.02.2011

bedtime reflection


We do not miss each other so much, in spite of the words we dedicate to each other on the Net.
I have come to the conclusion that there is no much absence at all.
Missing someone is hearing someone's voice; missing someone is looking at someone's face; missing someone is sharing your time with someone. If it is possible. Of course.
It seems that we are not interested in our voices anymore.
Looking at someone's eyes give you away.
It seems we are supposed to have run out of Time.
If I tell you something with my own voice, the tone makes me feel naked and air what I carry inside of me.
If I use my glance to express myself, what I have inside of me could be shown, and as a result, everyone can look through the glass; and what it is worse: everyone can give his/her opinion.
If I share my Time, it seems as if someone could discount time from my own lifetime. And we cannot afford this. Of course.

3.01.2011

no nos echamos de menos.

reflexión antes de dormir:

No nos echamos tanto de menos. No basta las líneas que nos dedicamos los unos a los otros en la Red. Todo esto me hace pensar que no es tanta la Falta. Echar en falta, es, a ser posible, oír la voz del Otro; a ser posible, mirar a la cara del Otro; a ser posible, compartir el tiempo con el Otro.
La voz está perdiendo interés. Mirar a los ojos, delata, y el Tiempo... parece ser que ya no nos queda.
Deber ser porque si cuento con mi voz lo que me ocurre, el tono desnuda y airea lo de dentro; y si hago uso de la mirada para expresarme, lo de dentro queda en una vitrina donde todos pueden observar, y lo que es peor, opinar. Y si comparto mi tiempo, parece como si me lo descontaran del que me queda de vida, y eso, eso sí que no nos lo podemos permitir.


2.28.2011

momentum 1_ jarabe amargo (©DEADLINES)

 
momentum_ 1

a.- Aunque me roces, yo no sentiré lo que tú quieres que yo sienta.
b.- ¿Y tú crees que yo sentiré algo?
a.- ¿Quieres que pruebe?
b.- Tú y yo caminamos por vías muertas. No te entusiasmes.
a.- Si me entusiasmo o no, es asunto mío.
b.- No me hagas particípe de tu fantasía.
a.- ¿Y tú crees que yo estoy loco/a como para que tú formes parte de mi fantasía?
b.- ¿Y tú crees que yo estoy loco/a como para que tú formes parte de mi realidad?
a.- He llegado a rechazar la ternura como si fuera un jarabe amargo.
b.- Pues con los jarabes amargos, ya se sabe: te tapas la nariz, coges aire y tragas. Verás como te curas.
a.- Aunque me roces, no sentiré nada.
b.- Si te entusiasmas o no, es asunto tuyo.

de la obra ©DEADLINES
foto Ismael Múrtula/Benjamín Lozano en ©EL INCORRECTO.

2.25.2011

2.24.2011

BASTARDS: the cracking door. a fragment.

Jacob y Samuel van semivestidos de soldados y Ruth aparece desnuda maniatada a una silla y con los ojos vendados.
La atmósfera de la escena ha cambiado para la ocasión. Parece como si estuviéramos en uno de esos sótanos terribles que sirvieron de interrogatorios en una guerra cualquiera.
JACOB.- Nombre.
RUTH.- Judit.
JACOB.- ¡Dinos el verdadero!
RUTH.- Tamar.
SAMUEL.- ¡Deje de dar nombres falsos!
RUTH.- Isabel.
SAMUEL.- Sabe que esa no es la respuesta que debería darnos.
JACOB (a Samuel).- Una intervención usted y otra yo: así ha de ser el apasionante
juego del diálogo; dos jugadores, no más. ¿Entendido?
SAMUEL.- Sí, señor.
JACOB.- Nombre.
RUTH.- Betsabé.
SAMUEL.- ¿Cuándo dejará de darnos nombres falsos?
RUTH.- ¿Les sirve María?
SAMUEL.- Ni siquiera merece un nombre.
JACOB.- Díganos lo que vio.
RUTH.- Letras.
JACOB.- ¿Unidas?
RUTH.- (Asiente).
JACOB.- Entonces formarían palabras.
RUTH.- Sí, a mi pesar.
JACOB.- ¿Algún verbo?
RUTH.- Un auxiliar y un participio.
JACOB.- ¿De pasado?
RUTH.- Ocurrió hace demasiado tiempo.
JACOB.- ¿Auxiliar?
RUTH.- Nadie me auxilió.
JACOB.- No juegue con esto. ¡Auxiliar!
Samuel le propina un golpe a la mujer en el estómago.
RUTH.- “Estuve”.
JACOB.- Ahora vamos con el participio.
RUTH.- “Detenida”.
SAMUEL.- ¿Adverbios que nos den alguna pista?
RUTH.- No entiendo.
JACOB.- Estúpida: esa parte invariable de la oración que modifica la significación del verbo.
Samuel vuelve a golpearla.
RUTH.- Uno solo: “Aquí”. Aunque para nada fue invariable.
JACOB.- Sujeto.
RUTH.- Sujeta, inmóvil y quieta...
JACOB.- ¡Sustantivo con función de sujeto!
RUTH.- Un único, un suave pronombre...
JACOB.- ¿En plural?
RUTH.- Nada de plural. Era la soledad en carne y hueso.
SAMUEL.- ¿Y?
RUTH.- Lo sufrí en primera persona del singular: yo.
JACOB.- Ahora díganos su nombre. Y séanos leal, por amor de Dios.
RUTH.- Rebeca.
JACOB.- Tinta azul, imagino.
RUTH.- ¿Cómo?
JACOB.- Que todo aquello estaría escrito con tinta azul.
RUTH.- Aquello no estaba escrito con tinta.
SAMUEL.- Inadmisible, señor.
Samuel la vuelve a golpear.
RUTH.- Estaba escrito con mi sangre. “Con” preposición, “mi” adjetivo posesivo,
sangre” sustantivo.
JACOB.- ¿Y su marido?
RUTH.- Secuestrado. ¿O no lo saben ya?
JACOB.- ¿Y por qué se acuesta ahora con otro?
RUTH.- No me acuesto.
JACOB.- Sí que se acuesta.
RUTH.- Tan sólo duermo a su lado.
JACOB.- ¿Poesía?
RUTH.- No, realidad. Aunque en ocasiones parece de ensueño.
JACOB.- ¿Cómo y cuándo conoció a ese macho que la cabalga?
RUTH.- Le conocí mientras buscaba a mi marido.
JACOB.- ¿Qué le ha impulsado a estar junto a él?
RUTH.- Me abriga, me sueña, me respira... Le abrigo, le sueño, le respiro...
SAMUEL.- ¿Algo más?
RUTH.- ¿Puedo?
AMBOS.- (Gestos que significan: Adelante).
RUTH.- Le vivo. Me vive.
SAMUEL.- (Gesto soez que pueda indicar “¿Fornicación?”).
RUTH.- Sólo cuando ardo.
JACOB.- ¿Otra vez poesía?
RUTH.- Sí. Ahora sí es poesía; antes era realidad. ¿Se las defino?
JACOB.- ¡Déjese de chorradas!
Samuel la golpea en la cabeza.
JACOB.- ¿No quiere que la bauticemos?
RUTH.- Ya fui bautizada. Saben muy bien con qué.
SAMUEL (riendo).- Aquello no era gasolina. Qué malpensada.
JACOB.- ¿No la jodieron al arder usted de aquella manera? ¿Tan frígido era su hombre?
RUTH.- Ustedes le partieron las muñecas. ¿Ya no se acuerdan?
JACOB.- Soñamos con el sonido de sus minúsculos huesos cada noche.
RUTH.- Deberían sufrir de amnesia.
JACOB.- Los funerales nos ayudan a recuperar la memoria.
RUTH.- Los funerales amortiguan a sus protagonistas. Los condenados evitan los tiros dentro de las cajas, ; allí dentro, coronados por flores robadas de otros cementerios, los oídos de mis muertos se alivian, y sus pechos dejan de ser la diana para cazadores como ustedes.
JACOB.- Hermoso...
RUTH.- Cada mañana, una vez que he solicitado a mis muertos en voz baja para que se acerquen hasta mí, les hago caminar por mi hogar, luego les hago abrir los cajones
de mi cómoda, y ya por la tarde, les obligo a sacar las sábanas. De esa manera el olor a manzanas baña todas y cada una de mis habitaciones.
JACOB.- Muy hermoso.
RUTH.- Nos gusta acostarnos en las camas que nos han hecho nuestros propios muertos. Yo al menos me siento inmune a las palabras que patrullan por ahí fuera.
JACOB.- Y cuando sus muertos se encontraron con Dios, ¿qué se supone que les dijo?
RUTH.- Dios sigue miope y no soporta llevar gafas.
JACOB.- Señor ten misericordia de tu sierva.
Samuel le quita la venda de los ojos. Sale Mathew y presencia, sin que ellos lo
adviertan, el final de la pieza.
RUTH.- ¿Debería decir “Hágase en mí según tu palabra”?
SAMUEL.- “Amén” servirá.
Jacob saca una pistola, Samuel sujeta la cabeza de Ruth y Jacob termina por dar un
tiro en la sien de la mujer. Silencio.
JACOB (al ver a Mathew).- No sufras, Matt. Es pura ficción.
Samuel desata a Ruth.

2.23.2011

las ganas_de la obra ©DEADLINES





momentum_ 32

a.- ¿Lo has pasado bien?

b.- De miedo.

a.- Pues si te soy sincero/a, yo ahora no sé cómo actuar.

b.- Pues si te sincero/a, yo tampoco.

Abrazos

a.- La prueba de fuego está en cruzar esa puerta.

b.- Lo sé.

a.- Y una vez en mi sitio, si tu imagen se me aparece con todas las de la ley...

b.- Lo sé.

a.- La costumbre de la soledad hace que...

b.- También lo sé.

a.- Lo sabes todo...

b.- Triste, ¿verdad?

a.- Es de locos.

b.- ¿El qué?

a.- Lo de la costumbre.

Pausa

b.- Lo mismo te llamo nada más llegar. Porque a lo mejor te me quitas de la cabeza.

a.- Y si no me llamas, será porque me habrás convertido automáticamente en leyenda.

b.- Quién sabe.

Risas

a.- Entonces, ¿lo has pasado bien?

b.- Asiente. ¿Y tú?

a.- Asiente. Aunque he conocido a tantos incorrectos que se me vuelve a enturbiar este momento.

b.- Es inevitable.
Se besan

a.- Cuidado con la carretera. No te vayas a quedar dormido/a.

b.- Qué bueno.

a.- ¿El qué?

b.- Pues eso. Que te preocupes.

a.- Ya sabes dónde vivo.

b.- También sabemos los teléfonos. Tenemos todos los datos.

a.- Pues sí. Ahora sólo nos falta lo más importante.

b.- Mirada.

a.- Las ganas de volver a vernos.

Silencio