Un extracto de mi crítica. el resto en
" ... Monteagudo diseña a su personaje, a nuestra señora del principio, desde la ternura; dosifica como estratega cómico los brotes humorísticos, los sintagmas populares a medio terminar, a medio cocer y hacen la delicia del respetable. El actor/creador intercala, fugaces aunque eléctricos, los matices descorazonados que destila la senectud. Me acuerdo hoy del “Augusto” del Teatro del Velador, de María Alfonsa Rosso dando hálito a la “puta libertaria“ de César López Llera. Una tríada entrañable, un tríptico revelador: la vejez desquiciada, la vejez vagabunda y la de Monteagudo: la vejez de toda la vida. Siempre rezuma algo de clown esta vejez que nos espera, por muy irreparable que su diente muerda, según Baudelaire. El personaje también se configura como habitante de este sur que tanta peripecia lingüística y fonética inventa, reinventa y deconstruye ..."