mi ciudad es caprichosa. si la dejaran, se levantaría tarde todos los días al año, pero como le sigue preocupando el que dirán por aquello de su alma barroca, hace un esfuerzo sobrehumano y madruga para que el Tiempo no se le eche encima, eso sí, siempre con la sonrisa como el mejor de sus atuendos. y así se piensa que no se le puede decir nada, y cuando se le llama la atención, grita, desaforada. lo bueno es que se le pasa pronto. el ser del sur tiene eso.
mi ciudad es bella, pero debe pasar horas frente al tocador para parecerlo durante 24 horas. las habrá más bellas, piensa, pero se recrea en aquello de la que tuvo, retuvo.
mi ciudad es, como dice antonio gala de andalucía, una gran puta: se acuesta con todos y a todos deja satisfechos. pero sigue siendo una gran cortesana al fin y al cabo. y le espeta a las demás: si tu reina, yo emperatriz (o meretriz...).
no me gustaría ser un dépaysé. pero los gruñidos y los desaires constantes de esta ciudad, obligarán a más de uno a serlo.
no hay peor ciego, que el que no quiere ver.
y todo esto lo suelto, porque ya huele a asalto al cabildo hispalense...