momentum_ 34
a o b está leyendo un libro antiguo. Levanta la vista con la última frase que ha leído en su mente, se abstrae, imagina y habla...
Mi bacciò tremante, temblando... Temblando me besó... El, todo él, mientras mis dedos temblaban, mientras mi vientre en pie de guerra sufría gozoso por ser invadido. Y yo era llena de gracia por ser asediada.
La bocca mi bacciò tutto tremante... la bocca mi bacciò... tutto.. ¿Quién? El, ¿quién si no? Y tú, todo tú, sobre mí, tomando impulso... embistiendo... fiera, feroz, tremante... temblando entraste en mí y me llenaste, y borraste de mi vida mil pecados; y yo fui concebida, y te hice al fin mi prisionero. Y me dijiste: Quédate ahí; ¿para qué? Te pregunté, para que tus piernas sean la antesala, para que me encierres en tu cárcel. Y yo te obedecí, y te quedaste dentro, sin rechistar... Y temblabas, tutto tremante; y me besaste, ávido de una condena; y el cielo bajó hasta mi frente, y lo rozaste; y el infierno subió hasta mi espalda, y no hubo duelo; y el cielo y el infierno se disputaron mi alma, y tú se la entregaste, sin consultarme, y por ello te condeno, como tú me pedías... Y tanto te conmovió que me besaste, tutto tremante... y él... ¿Quién? El, ¿quién si no? Quello che la bocca mi bacciò tutto tremante...
a o b vuelve a su lectura con satisfacción.
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