El Taller, grupo pionero en la investigación y puesta en escena de textos clásicos olvidados, sugerentes y desconocidos desde principios de los años 90, se había convertido en un veterano en la escena universitaria hispalense desde su bautizo en el Festival de Avignon con dos entremeses de Quevedo.
La falta de interés por parte de la Universidad de Sevilla y, sobre todo, por parte del Servicio de Promoción Cultural por dar una mayor proyección a nuestros trabajos en festivales y circuitos más allá de Andalucía, unido al creciente desinterés del alumnado universitario por los autores clásicos, desencadenó en mi retirada tras diez años de participación en dicho grupo.
Miserere meum puso el punto y final en la Universidad y un punto y aparte en mi itinerario teatral.
(...) estos monólogos responden a un complicado ejercicio escénico presidido por la clara intención del autor: el temor que se apodera del ser humano cuando toma conciencia de su destino. Es cuando vemos reunidos todos los tiempos pasados y futuros en un mismo instante. Entonces comprobamos cómo es posible en la relación hijo-madre que el amor y el dolor permitan crear un juego estético, una fatalidad que evoca en la mente del espectador una mater dolorosa o nos acerca a una tragedia antigua con barnices de nuestro siglo... (...) ... este fragmentarismo inicial, hilado a traves de historias presentes y reales, permite salpicar al espectador palpando un realidad cercana y vital con anécdotas y vivencias propuestas desde la óptica de estos personajes..." Manuel Morilla. Programa de mano.
Moisés González/José Burgos
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