Un adelanto de mi crítica. El resto, en breve, en www.masteatro.com
" ... 4.- Carne humana que nos hace tensionar, adherirnos a la butaca como en un despegue supersónico. Viaje carnívoro a un submundo donde parece que el mundo real se cuela en el de Wim Vandekeybus bajo la forma de aluvión de zapatos viejos (¿Almas? ¿Muertos? ¿Metáfora pura de su bestialidad? ¿Plasticidad? ¿Belleza?: Todo vale; todo brilla.)
5.- Carne humana que firma una tórrida, suculenta postproducción de Edipo, casi astral, casi humana, donde los cuerpos semejan impulsos, latidos. ¿Por? Nos olvidamos de que son bailarines y empezamos a pensar que podrían ser algo tan incorpóreo como un Grito, un Golpe o un Insulto. Son vectores de fuerza creados por la música que allí en vivo se produce (Bruil, Steven y Van Campehout: at your feet, gentlemen…).
6.- Carne humana estirada al borde del acantilado, canibalismo entre la danza y el cuerpo en lucha escénica por la lucha del predomino. ¿Quién gana; el cuerpo o la música? En esta persecución coreográfica donde el espectador, sobrecogido, alucinado, hipnótico la sigue atento, estos bailarines o impulsos gatean por la escenografía gigante y circular, santuario, salvavidas y escondite de las garras de Edipo ... "