un extracto de mi crítica. el resto en http://www.masteatro.com/critica-de-cest-la-vie
“Cuando se la visita en el camerino, la actriz sigue sin perder la risa tras la función y sus ojos siguen ametralleteando de ilusión a quien los mira. Ella afirma que se lo pasa genial tras el maratón en el que acabamos de verla, y que si no es así, no tiene razón de ser lo que acaba de hacer, que todo es jugar… “ Así escribía yo sobre Elena Bolaños cuando vi en junio del pasado año su “Insomnio, ne me quite pas el sueño“, segunda parte de la historia de Irenita. La sensación al ver el germen sigue siendo la misma. Una vez terminado el caramelo de función, Elena Bolaños sigue sonriendo, y defendiendo, resolutiva, su “Viva el Teatro” como respuesta final. “C’est la vie: el principio fue muy duro” relaja. Son esas funciones para descansar en la butaca, para reposar, reír, sonreír y comprobar que, durante una hora, en un espacio prácticamente vacío, una actriz inventa historias y el personaje que las interpreta las multiplica por diez.